lunes, 2 de noviembre de 2015

Ejemplo de un discurso persuasivo

Ejemplo de un discurso persuasivo

Muy buenos días, hermanos y hermanas puertorriqueñas:

Hoy, estoy ante ustedes para hablarles sobre la urgente necesidad de transformar nuestro sistema educativo. Comenzaremos por establecer que: “El futuro de nuestro país depende de nuestros niños y jóvenes.”

Es por esta razón, que cada sociedad tiene la función de transferirle sus valores y conocimientos a la siguiente generación. Sin embargo, Puerto Rico ha desatendido sus escuelas y cada vez queda más rezagado en comparación con otros países del mundo. Esto constituye una preocupación de gran envergadura ante una economía cada vez más competitiva y globalizada.

Por ello, nuestros estudiantes y maestros merecen muchos más. Durante este siglo 21 nuestra prioridad debe ser desarrollar un sistema educativo de excelencia que nos permita forjar individuos competentes y productivos en nuestra sociedad y para el mundo.

Entonces, mi compromiso hacia ustedes es la transformación radical del Departamento de Educación y las experiencias educativas de nuestros estudiantes.

Esto porque hemos reconocido que los procesos de reforma han fracasado por las siguientes razones:
§  Primero, se han enfocado en temas administrativos y no en ayudar a los maestros a trasformar lo que ocurre dentro del salón de clases. El enfoque debe ser el mejoramiento educativo.
§  Segundo, no se la han ofrecido a las escuelas las herramientas necesarias ni los recursos tecnológicos y didácticos que realmente necesitan.
§  Tercero, se le han impuesto regulaciones y normas sin considerar el apoyo del magisterio.

Por ende, hemos de considerar las siguientes preguntas:

1.      ¿Cómo preparamos a los estudiantes para llegar a la escuela listos para aprender?
2.      ¿Qué se les enseña?
3.      ¿Cómo se los enseñamos?
4.      ¿Quiénes se lo enseñan y cómo los apoyamos?
5.      ¿Cómo atendemos a nuestros estudiantes de educación especial?
6.      ¿Cómo administramos el sistema?

Evidentemente no lograremos el éxito hasta tanto y no reconozcamos el trabajo y función del maestro. Debemos evidenciar dicho reconocimiento con acción y no con palabras.

Mi propuesta es muy sencilla, entregaré a cada escuela los recursos y herramientas que necesitan para lograr el mejor ejercicio de sus funciones.

En fin, nada puede ser más importante que ayudar a la próxima generación a alcanzar su potencial y lograr sus sueños. Por consiguiente, hoy nos comprometemos a traer el mejor talento y las mejores ideas de nuestra sociedad para atender uno de los retos más importantes de nuestra generación: “La educación del puertorriqueño”.

Confío en que juntos lograremos que las escuelas y sus estudiantes se conviertan en el mejor sistema educativo de América.

No hay excusas, es hora de un cambio. Es hora de actuar.


Muchas gracias por su atención.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario