Curso: ESPA 121- 1208 Octavo Grado
Destreza:
Comprensión de lectura
Tema:
La reseña
Sub- Tema:
El análisis crítico de un texto
El chango como pájaro nacional
Magali García Ramis
A pesar de que dicen por ahí que
el pájaro más común de Puerto Rico es el "averiguao", este país,
cuyos ciudadanos han logrado ponerse de acuerdo al menos en la selección de
algunos símbolos nacionales, no tiene todavía un ave nacional que
verdaderamente le represente.
Hay quienes quisieran que la
cotorra fuera el ave nacional, a pesar de que está a punto de extinguirse, lo
cual se puede interpretar de mil maneras. Hay quienes piensan que debe ser el
pitirre el pájaro nacional, pues ven en él un símbolo aguerrido del
puertorriqueño, y recitan convencidos: "a cada guaraguao le llega su
pitirre".
Un grupo más idealista y
pacifista desearía que la reinita, tan trabajadora, pequeña y delicada, nos
representara internacionalmente. Y también hay seguidores del zumbadorcito de
Puerto Rico, del múcaro y hasta del falcón de sierra.
Lo importante de esta selección
radica en el hecho de que es muy probable que el pájaro que una nación escoja
para que le represente, pueda, en efecto, ayudar a dar cohesión a una identidad
nacional; ser reflejo de lo que es, colectivamente, un país.
Bien sabido es, por ejemplo, que
cuando Estados Unidos era sólo una joven república en proceso de escoger sus
símbolos, el más sabio de los habitantes de las trece ex-colonias, Benjamín
Franklin, propuso que ese país escogiera como ave nacional el pavo salvaje,
oriundo de aquellos lares, para entonces muy abundante, pájaro de elegante
plumaje y, probablemente, muy muy sabroso. Pero Franklin fue derrotado. Los
norteamericanos escogieron, orgullosos, al águila calva: cazadora, carnívora,
poderosa. Escogieron bien. La verdad es que un pavo salvaje espatarrado no
tendría el cache que tiene el águila que, en igual posición, y con mazo de
flechas en una patita y un ramo ¿de olivo? en la otra, ocupa, ostentosa, el
centro del escudo nacional de los Estados Unidos.
Los puertorriqueños estamos a
tiempo de no equivocarnos como Ben Franklin; podemos aún escoger un ave que
represente, por su porte, su imagen, sus hábitos y costumbres, todo lo que
somos como grupo.
Ya tenemos algunos emblemas: La
Borinqueña como himno nacional; como flor nacional, la flor de Maga; y como
batracio nacional, el coquí. Junto a símbolos tan sublimes, sometemos hoy, ante
la consideración del pueblo puertorriqueño, una propuesta oficial para que el
chango (mozambique de Puerto Rico, pichón prieto, Quiscalus niger brachypterus,
Puerto Rico Grackle) sea declarado Pájaro Nacional de Puerto Rico y enumeramos
las razones de peso que nos motivan:
a.
Es un
pájaro sumamente sociable, es decir, le gusta el bembé. Vive en bandadas y
duerme en los árboles, muchas veces hasta en los pueblos. Según el libro de
Virgilio Biaggi, Las aves de Puerto Rico, un médico asegura que en octubre de
1924 cerca de 3,000 acudían de noche a pasarla bien en un palmar de Mayagüez.
Es obvio que son los antecesores de los festivales playeros. También es testigo
ocular de esta propensión a la algarabía de los changos el periodista Pirulo
Hernández, quien asegura que a los árboles de la plaza del pueblo de Naranjito
(que ya se le adelanto al país al declarar al chango pájaro representativo de
ese municipio) llegaban a dormir cientos de estas aves, sin invitación alguna,
causando gran revuelo en la población.
b.
Al igual
que al puertorriqueño le gusta la música y se transforma cuando canta y toca,
el chango cuando canta "eriza las plumas del lomo, abre el rabo y deja
caer las alas", dice Biaggi.
c.
Es el
verdadero ave-riguao. Se mete en todos sitios, es sato y presentao, y pide
comida al primero que ve pasar, así como ahora, todos en este país piden
pesetas, cigarrillos y basta dólares a quienes pasen por el lado.
d.
Sobrevive
y se adapta, al igual que nosotros, a la invasión de comida grasosa de las
llamadas franquicias de comida fastfood (en inglés) o "fafú" (en
puertorriqueño) y se pasa las papitas y el apple pie como si nada.
e.
No tiene
el más mínimo sentido de proporción ni de medida; es sumamente activo, viaja
por todas partes, se reproduce sin pensar en las consecuencias, cuida mucho a
sus críos, es bullanguero y a la menor provocación se le sale el solar. Si
todas estas razones no le hacen simbólico de nosotros, consideremos una última:
f.
Es un
pájaro antillano. Aunque el mozambique de Puerto Rico es autóctono de Borinquen
y la Isla Nena, otras razas de esta especie habitan en las otras Antillas
Mayores. Tal como nosotros, está hermanado al conglomerado del Caribe. ¿Quién
mejor que el chango entonces para que represente como somos los puertorriqueños
en las postrimerías del siglo XX?
Es apremiante, pues, que se
otorgue ya ese título al chango. El Senado (o el Club de Decoradores de
Interiores o la Asociación Pro Plumas en Todos los Hogares, o quien sea que
tiene el poder de declarar tal cosa) deberá darse prisa. Así podremos seguir
con la selección de otros emblemas nacionales que aún faltan por escoger, el
pescao nacional, el plato nacional, la alimaña nacional (y por favor, no envíen
sugerencias para este símbolo), el sahumerio nacional…